Filial

Según el artículo 567 de la Ley de empresas serbias, una sucursal de una empresa extranjera (en adelante: la sucursal) es una parte organizativa separada de la empresa, a través de la cual la empresa realiza actividades de conformidad con la ley. La sucursal no tiene el estatus de persona jurídica y, en las transacciones legales, actúa en nombre y por cuenta de la empresa. Una empresa será responsable ilimitadamente de las obligaciones hacia terceros que surjan en el negocio de su sucursal.

Debido a esto, la sucursal no puede ser objeto de demanda, quiebra y liquidación.

El representante legal de la sucursal no tiene que ser residente serbio y puede solicitar la residencia serbia sobre esta base.

La filial tiene la obligación de presentar un informe financiero anual y está sujeto a un impuesto corporativo del 15% sobre las ganancias de la sucursal, sin embargo, el resto de las ganancias se puede transferir a la empresa principal sin impuestos. Existen algunas diferencias específicas en los impuestos si la empresa principal es de la jurisdicción con tratamiento fiscal preferencial. Algunos de los gastos de la empresa principal pueden transferirse a la sucursal utilizando métodos contables especiales, que pueden reducir la base impositiva en Serbia.

En general, al abrir cuentas de no residentes, los bancos insisten en una estructura clara de la entidad legal. La experiencia con los bancos indica la práctica negativa de trabajar con fideicomisos, por lo que los clientes a menudo se ven obligados a eliminar todas las estructuras nominales, lo que significa un cambio casi completo de la estructura organizativa de la empresa para aumentar las posibilidades de abrir una cuenta. Tales condiciones a menudo no corresponden a las necesidades, oportunidades y prioridades de los clientes.

Por el momento, todos los bancos ofrecen el servicio de abrir una cuenta de no residentes, pero según el número de banqueros serbios, esta operación engorrosa a menudo no se corresponde con los intereses de los bancos. En relación con esto, la apertura de una cuenta de no residente se convierte en un largo proceso burocrático (los clientes tendrán que esperar varios meses para la decisión del banco). Lo más importante: según todos los criterios, es un proceso con un fin indefinido.

Por otro lado, después de registrar el negocio de una entidad offshore en el registro de empresas serbio, los bancos se refieren con calma a la nueva estructura como residente y están listos para abrir su cuenta de inmediato.